Siguiendo las recomendaciones de los expertos en carrera profesional, he estado leyendo últimamente al respecto a la espera de encontrar la panacea que cure en algo nuestros males. No estamos ni de cerca en la posición de regresar a nuestro pais donde la Revolución Ciudadana promete frutos pero con árduo trabajo de parte del gobierno ecuatoriano.
Noten que los dos titulares son un poco parecidos: Bulletproof Your Job y Fireproof Your Job. El primero es un libro escrito por Stephen Viscusi y el esgundo es un artículo en CNN Money de Donna Rosato. Los dos auotres parecen estar de acuerdo que en tiempos malos el empledo debe cuidar de su trabajo siendo flexible y contribuyendo a que su empleador haga dinero, en otras palabras, el empledo se convierta en algo así como indispensable. Igual aceptan como alternativa el que se bajen los salarios como medida precautelar.
Es la disminución de los salarios en donde está el problema. En los EE.UU. se está haciendo práctica común de parte de empleadores, el reducir las horas de trabajo o el dismuir el salario de sus empleados. Y nadie protesta porque creen que al perder sus trabajos no encontrarían otro. Y por lo tanto lo aceptan. Varios estados de Union Americana enfrentan desfinanciamiento en sus presupuestos pero el más crítico es el de Los Angeles donde se estima que miles de empledos públicos perderían su trabajo para mediados de año.
Los estados financian sus gastos en parte con los impuestos que cobran a los negocios, uno ellos los distribuidores de carros. Pero con Chrysler y General Motors en vias de bancarrota, el cuadro se ponde muy feo para los ciudadanos comunes que obligadamente verán disminuidos los servicios públicos.
Aunque para varios expertos la crisis ya ha tocado fondo y la economía se ha estabilizado, los empleos se siguen perdiendo y estamos afrontados a lo que el New York Times llama paradojas. Estamos aquejados a la paradoja de la ahorratividad y a la de los sueldos. Paul Krugman escribe en el NYT: El ahorro es una virtud, pero cuando todo el mundo trata de ahorrar mayormente al mismo tiempo, el efecto es una economía deprimida. Estamos aquejados a la paradoja de desapalancamiento: Reducir la deuda y limpiar los números rojos de las hojas de balance es bueno, pero cuando todo el mundo trata de liquidar activos y pagar toda su deuda al mismo tiempo, el resultado es una crisis económica.
Y tal como están las cosas, ni las recomendaciones de Viscusi ni las de Rosato nos salvarían de una paradoja de los suledos. El mismo Krugman apunta: Los trabajadores en cualesquier compañía pueden ayudar a salvar sus trabajos aceptando sueldos inferiores, pero cuando todos los empleadores cortan los sueldos al mismo tiempo, el resultado es un desempleo más alto (al mismo tiempo que ocurre una depresión en el consumo).
La caída de los sueldos no es una mera especulación, ya el Japón lo experimentó entre 1997 al 2003 con pobres resultados. Si todo el mundo acepta un corte de salarios, nadie gana una ventaja competitiva y por lo tanto no constituyen ningún beneficio para la economía. La reducción salarial, concomitantemente con la caída de los ingresos, empeora el problema del aumento de la deuda: Los pagos mensuales hipotecarios no bajan con la reducción salarial. Así, una ascendente carga de la deuda colocaría una enorme presión sobre el gasto del consumidor, manteniendo la economía reducida.
John Maynard Keynes ya lo estableció claramente, hace más de 70 años: El efecto de una expectativa de que los sueldos vayan a reducirse por, digamos, 2 por ciento en el año entrante, equivaldrá apenas al efecto de una subida del 2 por ciento en la cantidad de interés pagadero en el mismo período. Y una subida en la tasa de interés efectiva es la última cosa que la economía norteamericana necesita.
El presidente Obama parece optimista de que su plan esté dando frutos a tal punto que se espera que el Buró Nacional de Investigación Económica declare una finalización de la recesión para fines del 2009. Pero esa solo es una hipótesis, pues a pesar de todo, el desempleo crece y el mercado laboral seguirá generando temor por meses sino años!
Los estímulos ya se han aprobado y los bancos aún no están saludables. Solo queda generar más empleo, o de lo contrario el pais más poderoso del mundo va por la senda japonesa de la década de los 90’s. Deflación y estancamiento.
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