De los servicios y las competencias de los empleados en el gobierno ecuatoriano

Es de conocimiento báscio que la sede de un consulado o una embajada es soberano e inviolable por que se constituye en una extensión de dicho territorio. Pero no solo eso, con ello se exporta la idiosincracia y las costumbres (buenas y malas) de quienes conforman dicho conglomerado. Bajo éste sustento paso a relatar una agridulce experiencia que tuve durante el dia de las elecciones en el Essex County College de New Jersey.

Por cuestiones que no voy a explicar aquí decidí no votar. Sin embargo y a pesar de todo eso, me gusta recorrer unos 30-45 minutos y bajar a New Jersey para encontrarme con familiares y amigos. En esta ocasión y con shorts, sandalias y gorra (93 grados en ese día) nos encaminamos al centro de Physical Education del antedicho college solo con el fin de ver el entusiasmo de los ecuatorianos y encontrar una que otra amistad, como efectivamente ocurrió.

Mientras en el interior del gimnasio, descubrimos las 16 mesas que habían, conversamos con algunos voluntarios entre ellos Doña Leonor Tapia de la Asociación Cívica Ecuatoriana del Condado de Mercer (ACECOM) y luego de conversar con una de nuestras amigas viviendo el Planfield que habia salido a votar, decidimos dirigirnos a la mesa donde estaba la Sra. Cónsul del Ecuador en NJ, haciendo lo que tenía que hacer atendiendo a sus conciudadanos. Sabiendo que no estábamos registrados le entregamos nuestro pasaporte para que verificara y su respuesta fue que no estábamos empadronados. Nos presentamos y no tuvo ninguna dificultad en que le tomaramos una fotografia, sabiendo que la colgariamos en Twitter conforme se lo dejamos saber.

En nuestra salida nos encontramos con el caballero de la foto y que no publicamos su nombre por cuestiones de ética pero si va al consulado de New Jersey, seguramente que se ira sino de bruces al menos comprobará lo que aquí decimos. La conversación ocurrió así:

Entregádole el passaporte (y ya por segunda oportunidad en ese mismo y local y dia):

Milton: Buenas…
Empleado: Dígame (omado el pasaporte)
Usted no está registrado.
M: Hay algo que pueda hacer?
E: No hay nada que se pueda hacer…Desgraciadamente so se puede hacer nada!
M: Puedo tomarle una fotografia?
E:(Mirándome preocupado). No las fotografias están prohibidas.
M: Pero…por qué?
E: Tiene que hablar con la Cónsul…Al menos que sea de la prensa
M: Pero la Cónsul no tuvo problemas (mostrándole la imagen en el telefono)
E: Inmutado y sin saber qué responder…
M: Tomado la fotografia… sin que el empleado diése la cara.
E: Sin moverse y chequeando otra usuario de los 4 o 6 que tenia.
M: Gracias y marchándose.

No me sentí ofendido porque estábamos en EE.UU. Pero me recordó la forma como los empleados públicos le atienden a uno en el Ecuador –lastimosamente reproducido en el Consulado, creen que uno va pedir un favor y que son ellos los que le hacen favores a los usuarios. Se les olvida que estan cobrando dinero por atender a sus paisanos y que el ser empleado de gobierno no les hace especiales, peormente en un dia tan importante como el dia de elecciones.

Si éste señor hubiese tenido una cola grande de gente talvés le hubiese disculpado la prosa con la que me atendió y la muy pobre información que supo brindarnos. Era una mesa de información! Jamás se le ocurrió al empledo que yo como los tantos que no se empadronaron, podrian registrarse para las próximas elecciones. No supo decir cómo. Para él fue sufiente: No se puede hacer nada!

Ha escuchado esa oración antes mientras en una oficina pública ebn el Ecuador? Será esa una de las razones por las cuales los ecuatorianos en el exterior votan en un número por debajo del 50% de los residentes en el Estado o país? Son éstas las competencias de las que habla Roberto Briones?