La última carta del Coronel Ted Westhusing

Hoy escuchaba las tendencias electorales en el país (EE.UU), aquí sigo extraniado lo que en Ecuador se huele y se disfruta. Se decía que de existir elecciones en el momento, habría un empate entre cualesquiera de los candidatos a Presidente de los Estados Unidos. Todo ésto luego de que el General Petraeus pidiera por una guerra indefinida en Irak para cumplir con la misión.

Pero lo que nadie quiere hablar y talvez ni siquiera patrocinar, es el impacto que esto tiene en las familias acá en el otro lado. Deberian observar las fotografias que se prohíben pero que periodistas de las agencias internacionales promocionan como exhibiciones porque la prensa local no las encuentra interesantes y no les interesa publicarlas.

En este marco fue que aún temprano y cuando ni siquiera se tenia los miles de muertos y minusválidos y tampoco se conocía que al rededor de unos 300,000 veteranos de guerra provenientes de Irák y Afganistán padecen de estrés postraumático y otros 320,000 sufren de lesiones cerebrales (RAND Corporation Study). El flamante coronel Ted Westhusing, un profesor, filósofo (Westpoint) y militar, quiso enarbolar sus principios de patriotismo que tanto predicó y decidió voluntariamente enrolarse en las fuerzas que iban a Irák por allá en el 2005. Lo que él no sospechaba, era que los libros y la guerra no siguen los mismos patrones y encontró que mientras él era encargado de USIS (US Investigation Services) en Irák, no podia poner en práctica lo que en su tesis doctoral predicaba: La virtud competitiva y cooperativa en el ethos bélico estadounidense.

Este militar de alto rango y el de mas alto en suicidarse en los últimos anios, notó que los contratos de entrenamiento que USIS estaba pagando a unos cuantos israelitas para que entrenasen a la fuerza iiraquí, no cumplian su labor, en otras palabras su organización estaba robando al gobierno norteamericano y que ese mismo personal que entrenaria a los iraquies se encontraba asesinando civiles iraquíes. El coronel lo denunció, pero lo que siguió fue un silencio cómplice. A su criterio, el deber, el honor y el pais habian sido remplazados por el afán de lucro en Irák. dónde los EE.UU depende más de contratistas que de los miliatares, para actividades que solo ellos las realizaban antes.

El coronel Ted (44 anios para ese entonces) se desesperó y antes de disparse él mismo escribió una carta de cuatro páginas, la que sería la última a sus superiores Fil y Petraeus y cuyo primer párrafo empieza con “No estoy seguro de si puedo confiar en ustedes o no” y la carta continúa:

…A ustedes solo les interesa la carrera y no el apoyo a su personal…No puedo ser parte de una misión que entrania corrupción, abuso de los derechos humanos y la mentira. Estoy harto, ya no más. No decidí voluntariamente venir a Irak para secundar la corrupción, los contartistas ávidos de dinero, los comandantes solo interesados en ellos mismos. Vine para servir honorablemente y me siento honrado…Mírense comandantes, ustedes no son lo que creen que son y lo sé.

Eso sucedió no ahora, es historia, pero tiene actualidad porque seguimos en una guerra que tiene impacto en la economía, la inflación y hor por hoy la escacés por un lado y la carencia de los alimentos, que de Diciembre acá se han diaparado en mas de un 40%! Robert Gates, Secretario de la Defensa, en ésta semana ha recomendado a David Petraeus para la jefatura del Comando Central y consecuentemente no estaría mas al frente de las fuerzas en Irák.